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20 de diciembre de 2016

Los Nueve Puntos Irrevocables de las Mujeres Jóvenes

 

Colombia Grita  #DéjameEnPaz

 

Primer tiempo:

 

Hoy 25 de Noviembre, en conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de las violencias contra las mujeres, recordamos y reivindicamos la luchas de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal y en su memoria nos juntamos a conspirar desde nuestras diversidades y apuestas propias, para gritar con la fuerza colectiva y el poder de los afectos #DéjameEnPaz.

 

Somos un llamado a fortalecer la participación política de las jóvenes del país a favor de la transformación social y de la erradicación de las violencias hacia las mujeres. Vamos hoy más que nunca a derrotar el miedo como mediador en la construcción de las relaciones sociales, al reconocimiento de nuestras cuerpas como primeros territorios libres y la importancia de construir un país que incluya todas las voces y expresiones: campesinas, populares, negras, gordas, indígenas, urbanas; disidentes del género y la sexualidad: Mujeres Trans, Lesbianas, Bisexuales, Pansexuales y Heterosexuales, que resistimos a la guerra, y a un estereotipo estético, social y político impuesto para satisfacer los intereses de una elite y del sistema patriarcal.

Hoy las mujeres sembramos en la Plaza de Bolívar un grito unánime acompañado del paso firme de los tambores, que recogen nuestros sentires, vivencias, necesidades y exigencias frente a un sistema social aún opresor y machista.Desde una postura crítica damos la bienvenida al acuerdo de paz firmado ayer entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP y esperamos que su implementación conlleve a la participación decisoria de las mujeres y en especial de las jóvenes en el período post acuerdo, así como en los demás procesos de diálogo para el fin del conflicto armado que se lleven a cabo. Así mismo abogamos por el reinicio de las conversaciones  con el Ejército de Liberación Nacional de Colombia y exigimos el desmonte del paramilitarismo representado hoy en las BACRIM. Defendemos nuestro derecho a la paz, por eso hacemos un llamado a construir una sociedad no sexista, que respete el derecho de las mujeres a una vida libre de violencias, como parte fundamental en la construcción de paz.

 

Juntamos nuestros esfuerzos, sueños y pasos en ésta Campaña  Déjame en Paz, como plataforma para enunciar nuestra voz colectiva y exigencias desde Colombia y en Red con aliadas de Latinoamérica. Insistimos en la importancia de reconocer las múltiples violencias, incluidos los miedos y simbologías, que nos impide apropiarnos de las calles, los campos, los barrios y veredas; pero también las violencias heredadas que se reproducen en los hogares.

Segundo Tiempo:

 

Señalamos nueve puntos como irrevocables en las brújulas, que marcan diariamente nuestras luchas y en el horizonte político de construcción de Paz en Colombia desde las mujeres jóvenes:

 

Uno.  Pensarnos un país en paz, pasa por el reconocimiento de nuestras voces como feministas, la erradicación de las violencias machistas que tratan de manera constante de silenciar nuestras risas, nuestras denuncias, nuestros gemidos placenteros y nuestras opiniones construidas de manera crítica.

 

Dos. Las mujeres jóvenes de Colombia reconocemos nuestras múltiples diferencias territoriales, culturales, económicas y sexuales; nos articulamos en los horizontes políticos comunes y nos comprometemos a superar las divisiones históricas, políticas y morales que nos fragmentan y desarticulan. Juntas trabajamos por eliminar el sistema social opresor y el patriarcado. Juntas más eficaces, Juntas más peligrosas.

Tres. Las mujeres jóvenes de Colombia nos declaramos en Disidencia de Género permanente. Nunca más nuestras cuerpas al servicio del capital ni de la estética colonial. Nunca más nuestras cuerpas como botines de guerra, como objetos de tráficos, como territorios ajenos. Lucharemos para que sean superadas las imposiciones frente a nuestro rol reproductivo que vayan más allá de nuestra libertad para decidir sobre ser madres, y sí madres ya somos, entonces lucharemos para la construcción de una Maternidad Libre. Defenderemos el derecho a la libre existencia y la libre construcción de nuestras subjetividades.

 

Cuatro. Siendo la mayoría de mujeres de carácter rural en el territorio nacional y quienes cultivan casi el 80% del alimento que consumimos en el país, reclamamos el Derecho a la Tierra y a los medios de producción de la misma. Buscamos garantías para el acceso a la vivienda, que no dependan del concepto de familia nuclear. Requerimos de planes territoriales que contemplen ciudades y territorios seguros que erradique todo tipo de violencias contra todas las mujeres.

Tercer Tiempo:

 

Cinco. Defendemos que las mujeres independientemente de su ciclo vital, accedan a una educación de calidad, relevante, pertinente y no sexista para su realización plena como personas. Señalamos la emergencia de una reforma educativa incluyente y la dignificación de las educadoras.

 

Seis. Defendemos la protección, garantía y goce efectivo del derecho al trabajo en condiciones de igualdad y equidad,  promoviendo el ejercicio pleno de los derechos económicos de las mujeres en los ámbitos del empleo formal y no formal, remunerado y no remunerado, así como el reconocimiento social, económico y simbólico del trabajo que realizan las mujeres tanto en lo rural como en lo urbano.

 

Siete. Exigimos que la salud no sea abordada exclusivamente desde el ámbito reproductivo, como población en riesgo, ante la posibilidad de un embarazo temprano. Nos interesa el ejercicio efectivo de nuestro derecho a la salud plena y de calidad desde nuestros enfoques diferenciales, en la decisión sobre nuestras cuerpas y feminidades en tránsito.

Ocho. Consideramos importante avanzar en la transformación de imaginarios, representaciones y prácticas sexistas que obstaculizan la participación libre y permanente de las mujeres, con condiciones equitativas, en la construcción de conocimiento y sabiduría; en la producción, circulación y disfrute del arte; en la recreación, en los deportes, en la vivencia y valoración de las cuerpas y de la vida cotidiana tanto en lo que se nombra como en lo que se silencia. Requerimos de políticas que regulen los contenidos mediáticos y publicitarios que violentan la integridad de las mujeres, a partir de los medios de comunicación, así como también el acceso a los mismos para la difusión de nuestras posturas políticas y creativas.

 

 

Nueve. Demandamos como irrevocable el Derecho a la Vida y a la Participación Política. Demandamos como irrevocable la Desmilitarización de los territorios, la Objeción de Conciencia y el Desarme Nacional. Demandamos la necesidad de espacios de partición política y democrática en escenarios nacionales de construcción de paz e implementación de los acuerdos. Apelamos a nuestro derecho a defender la alegría y la ternura radical, desde la complicidad de nuestras manadas, con nuestra fuerza y sin ser calladas.

 

Las mujeres jóvenes nos declaramos en Asamblea – Cabildo – Aquelarre y Minga Permanente por la Paz de Colombia.

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